Fernando Gallego es considerado por la crítica historiográfica como uno de los principales pintores españoles de la segunda mitad del 1400. También como uno de los más prolíficos, así como por haber dirigido uno de los talléres más influyentes en tierras castellanas y salmantinas posteriores a los trabajos de los hermananos Delli en al Altar Mayor de la vieja catedral charra. A su mano se deben, entre otros, varios polípticos de las catedrales de Ciudad Rodrigo, Zamora, Plasencia y Coria. La presente publicación es el resultado de una minuciosa investigación iniciada en 2003 por Francisco Sanz Fernández, con motivo de los trabajos de restauración del retablo de la Iglesia de Santa María La Mayor de Trujillo, promovidos por el Instituto del Patrimonio Histórico Español.